HOMENAJE A RITUAL DE TÍTERES



ARTISTAS COLOMBIANOS, inaugura la presente exposición virtual, que alude en forma singular a la novela Ritual de títeres de Gonzalo Márquez Cristo.
La interpretación colectiva de esta pieza literaria, publicada en 1992 y cuya segunda edición acaba de aparecer, en la cual 30 de los más destacados artistas colombianos, fundamentaron un inolvidable diálogo entre plástica y literatura, podrá ahora ser contemplada por los mil lectores que diariamente visitan nuestras páginas.
Los diálogos sugerentes de esta obra tan experimental como profunda, las escenas reflexivas de sus cinco personajes, las imágenes poéticas de su honda escritura, adquieren en este juego interdisciplinario un inolvidable resplandor.
ARTISTAS COLOMBIANOS agradece a los prestigiosos artistas participantes, al Festival de Literatura de Bogotá que promovió el evento y a la Galería La Escalera, así como al autor del libro, la opción de poder entregar al cibernauta esta muestra extraordinaria, que sin duda mostrará un interesante panorama del arte nacional.




Este hecho sin precedentes, donde una legión de virtuosos artistas, se sumerge en las decisivas palabras de uno de nuestros más destacados creadores, permaneció en la Galería La Escalera de Bogotá entre el 8 y el 23 de noviembre de 2012, y fue testimoniada en un bello catálogo, para el placer de los amantes de la plástica y la poesía, y por supuesto de todos nuestros visitantes.



Los artistas participantes son:

Pedro Alcántara Herrán • Jim Amaral • Marlén Amaya • Rosenell Baud • Gastón Bettelli • Luis Cabrera • Manolo Colmenares • Nicolás De la Hoz • Eduardo Esparza • Fabiola Flórez Roncancio • María Victoria García • Roshi Gómez • Martha Guzmán • Filomeno Hernández • Germán Londoño • Ángel Loochkartt • Fernando Maldonado • Guillermo Melo • Octavio Mendoza • Patricia Ortega • Dioscórides Pérez • Camilo Pinto • Jaime Pinto • Jairo Pinto • Augusto Rendón • Patricia Tavera • Sergio Trujillo Béjar • Ricardo Villegas • Armando Villegas.

Ritual de Títeres, la Exposición



La Galería La Escalera, acogiendo la propuesta de Fabiola Flórez, Nicolás De la Hoz, Fernando Maldonado y Eduardo Esparza, de interpretar episodios o imágenes de Ritual de títeres de Gonzalo Márquez Cristo, apoyada febrilmente por varios de los más prestigiosos artistas colombianos, rinde tributo a esta novela de culto, que acaba de cumplir veinte años de publicada, exhibiendo la perturbadora muestra de las 30 obras que nos adentran a su esencial universo literario. 

«Su novela Ritual de títeres es una contienda entre filosofía e imagen que conduce afortunadamente a la tragedia». E.M. Cioran (París, septiembre 26 de 1992).

«Ritual de títeres es un libro colmado de hallazgos, de múltiples sutilezas y de una concepción muy especial, muy personal en toda su estructura. Su complejidad, su densidad, sus definiciones y sentencias son perturbadoras... Agradezco la riqueza inagotable de cada página y la excelencia de su escritura».  Olga Orozco (Buenos Aires, marzo 10 de 1993).

«Ritual de títeres podría definirse como la aventura del regreso a la primera palabra».
Roberto Juarroz (Buenos Aires, octubre 15 de 1992).

Pedro Alcántara Herrán



«Una semilla de muerte engendra tus visiones», 2012. 
Carboncillo, grafito, lápiz graso y collage sobre papel. 100 x 70 cm.


«Una semilla de muerte engendra tus visiones... Peregrina de la permanencia abstengo mi sombra. El miedo –injerto en el árbol de la sangre– inicia su fiesta de sonámbulos y es tiempo de seguir lunas equívocas».

Jim Amaral


«Ritual de títeres». 2012. 
Acuarela y tinta sobre papel. 47 x 37 cm.


«Levantó la mano al verla desaparecer en la distancia y continuó libre: triste; gritando con todos. Se imaginó escribiendo una novela donde todos asistirían como títeres a un ritual, en una ciudad que rápidamente se deshace. También supo que a nadie le sería posible marcharse pues ésta también era la ciudad de Cavafis, y lo acechaba en cualquier sitio y en cada soledad...»

Marlén Amaya


«Explorando la noche». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre metal. 50 x 50 cm.


«El hombre prolongó el poema, la mujer el amor. Las frases flotan. La oscuridad pone un sol en cada oído. Lo real se disipa, vuela. Las notas musicales se acercan tímidamente. Él propone cantar. Ya ha regresado el cigarro, sigo su resplandor, aspiro. Me he fatigado de nacer...»

Rosenell Baud



«Una muerte para Fedra», Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Temple al huevo sobre lienzo. 76 x 102 cm.


«Convertí en florero su boca, se la llené de tierra, de olvido... Y si la muerte también es un exilio, ¿acaso no entiendes?, ¿acaso no te guía el enigma?
–Viaje a la ceniza, ceniza oculta –dijo evasivo–; algún día aliados con el instante hallaremos la inocencia, quizá...»

Gastón Bettelli



«Diseño en el bosque»,Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Acrílico sobre lienzo. 70 x 80 cm.


«Quienes provienen de la palabra ejercitan la ausencia. Aquí la fiesta del ocaso es la única que celebramos... El árbol rema el aire y la noche testimonia al amor. Desde ahora sólo sucumbiré ante los molinos de viento –afirmó Ariadna cuando empezaron a regresar.
La luna había segado la tarde, las sombras eran ciegas. Las semillas de los eucaliptus simulaban un pequeño ejército en la hierba. El silencio enseñó al lenguaje la posibilidad de dudar y con esa arma intentaban adelantarse a sus temores».

Luis Cabrera



«Donde termina el miedo». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. 70 x 50 cm.


«Se detuvo y gritó retándolos pero ya el ruido del motor comenzaba a alejarse y a desaparecer en la distancia, entonces se abrazaron temblando.
–Ahora nos sentaremos aquí donde termina el miedo –pidió Ariadna.
–El amor es mi forma preferida de conocer a la muerte –respondió Jano.
Y sólo en ese momento sintió el oleaje del terror».

Manolo Colmenares


«Alucinaciones». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Técnica mixta. 100 x 60 cm.


«Las ideas comenzaron a fluir, las imágenes se convirtieron en un torrente incesante. El ladrido de un perro fue respondido por otro y así sucesivamente hasta que Jano creyó que transmitían un mensaje inalcanzable.
El taita volvió a cantar y al término de su reiterada estrofa convocó a la tercera ronda.
–Acepto el desafío –dijo Jano levantándose con ímpetu–. Mi territorio está en la sed y sus barrotes de agua».

Nicolás De la Hoz



«Las lunas de la vigilia». 
Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo y acrílico sobre lienzo. 80 x 80 cm.


«Cuentas las olas de tu sangre, una señalará el tiempo de lo que no tiene remedio. Te sobresaltas. Yo debo preparar mi acontecer sigiloso. Mañana con un pequeño intercambio pondré a prueba mi destino. ¿Y si la muerte fuera un insomnio sin fin?
¿Cuántas lunas tiene la vigilia? Quise que creyeras el límite, pedí el olvido. No sirve que repitas mis últimas palabras y te obstines. No es oportuno mostrarse vulnerables».

Eduardo Esparza



«En tiempos así los muertos (como perros) deben cuidar sus huesos». 
Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. 120 x 70 cm.


«Te equivocas si quieres amarme acá –dijo temerosa–. En tiempos así los muertos (como perros) deben cuidar sus huesos.
–Hago trampa para que des a luz todas las mañanas. Subvierto tus signos».

Fabiola Flórez Roncancio



«Soy puerta: comienzo y fin». 
 Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Madera, vidrio, metal, resina epóxica. 45 x 39 x 26 cm.


«Soy puerta: comienzo y fin. Tengo un rostro para lo visible, otro para lo invisible... 
Dices para sorprenderme. No temes la vergüenza: suicidio sin cadáver... Buscas la guía para desandar el camino de la noche: un lector del fuego, la mujer que se aprovecha del sol en el ocaso, una aparición continua... Entonces me oculto entre los párpados si advierto que incendias la palabra».

María Victoria García



«El paraíso está en ti». 
 Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Mixta sobre lienzo. 50 x 50 cm.


«La gran noche otorga su poder. Ellos perseguían el rayo mudo del asombro oyendo el ruido del hielo cuando se derrite.
–Si fuese tú sería narcisista. El paraíso está en ti... la Eva-nescente. Aún convoco al amor y a la muerte: monstruos devoradores de carne –proseguía su monólogo fragmentado».

Roshi Gómez



«Aliados del tiempo y del espacio». 
 Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Mixta sobre lienzo. 140 x 70 cm.


«Pienso que el día es el aliado del tiempo, mientras la noche elige al espacio. ¿No lo crees? –interrogó Ariadna caminando delante de él.
–Y bajo su dominio soy el dos veces presente –dijo con nostalgia caníbal».

Martha Guzmán




«Bucólicas».  Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. Diámetro de 35 cm.


«Los espectros tienen nuestra imagen, tal vez menos gastada... El tiempo construye paredes a tu alrededor, eres el encargado de techar y quitarte las estrellas. Podría morir sin lo real, nunca sin lo imaginario –susurró ella».

Filomeno Hernández



«El miedo injerto en el árbol de la sangre». 2009. 
Técnica mixta sobre poliéster. 90 x 60 cm.


«El deseo es la única verdad a la que aún podemos acceder, nos da los útiles del sueño. Yo busco el árbol cuya única sombra sea el relámpago».

Germán Londoño



«Nuevos retratos de Mirtilo, Orfeo, Ariadna y Jano». 
Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Témpera sobre papel. Tamaño unitario: 31 x 42 cm.


«El dolor dejó de ser literatura. Aquí sólo el fantasma se ha rebelado contra el tiempo –replicó Jano.
–Los colores han roto el pacto con nosotros –confesó Ariadna sacudiendo su cabellera lluviosa–. Muchos están empeñados en que la muerte sea un fin y ya no hacemos hogueras para derrotar el silencio. No hay testigos de la semilla, y así es difícil lograr una palabra que no sea alcanzada por la acción».

Ángel Loochkartt


«El juego de la traición. Homenaje a Ritual de Títeres». 
Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. 70 x 50 cm.


«Muero de sed... pero aún conservo algo que aquí codician: mi silencio. ¿No es ese el único tesoro que las víctimas no pueden entregar?
Ella le da una bofetada. Se aleja un poco. Luego se sube con esfuerzo su falda entubada y bajándose las medias se sienta en el piso sobre el plato que aún contiene restos de sopa, y orina con lentitud. Luego la ve acercarse con movimientos felinos.
–Beba esto si quiere salvarse.  
–Torquemada criolla. Diosa-hiena...»

Fernando Maldonado



«Ritual secreto». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. 80 x 100 cm.


«¿Cuántos asombros nos separan del suicidio? En toda salvación existe algo de masoquismo. No voy a redimir un desierto al que renuncias –dijo Ariadna–, sólo me queda la esperanza de que la vida no tenga sentido. Y los sentimientos de culpa que aún me fortalecen.
Ahora le tocaba caminar sin rumbo. Y con la sangre dividida rechazar al alma, el más recurrente parásito del cuerpo.
–¿Hasta cuándo el amor definirá la ausencia?»

Guillermo Melo




«El presente se desborda ante ti». 
Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Escultura en madera caoba. 80 x 20 x 20 cm.


«Imaginar es la evasión hacia adentro, una acción que no destruye al Yo. Es necesario contemplar para salir, ser el mismo deseo... Tú desordenas las tinieblas. Sólo los enamorados pueden descifrar la espiral de la muerte, pero tampoco vuelven.
–El presente se desborda ante ti. Mis labios te leen. Mujer, acepta mi suma de silencios».

Octavio Mendoza



«La pasión sorprendida». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. 89 x 58 cm.


«Mi falda ligera cubre tu cabeza y permaneces inmóvil, temblando, aspirando mi perfume invasor. Siento en mis muslos la marea de tu respiración. Mis pezones se erizan.
Tardo un tenso minuto hasta que la miseria de ese medio prematuramente agónico me hace desistir. Luego me retiro con sigilo y opino fingiendo serenidad:
–Unos pretenden la pureza espiritual subyugando los sentidos y son respetados, pero ¿qué ocurre con quienes intentan una transparencia corporal subyugando al espíritu o como quieras llamar a ese invisible antropófago...?»

Patricia Ortega



«El laberinto del deseo». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo texturado. 76 x 56 cm.


«Un viento frío eriza mi cuerpo y giro como si estuviera destejiendo un ovillo de luz. Somos pájaros ciegos adentrándose en el laberinto del deseo. La piel sueña con orillas, ya comienza la obstinación de las sombras. En la oscuridad descansan los colores. Pero hoy comienza la singular tiranía donde se traducen los rostros».

Dioscórides Pérez



«Siento la llamada del agua, mi aventura se encuentra en tus quietudes», 
Homenaje a Ritual de Títeres. 2012. 
Técnica mixta: Dibujo, lápiz, collage. 49 x 67 cm.


«No te confunde la señal austera que elegí: mi error era abrir los diques del lenguaje, ir más allá del monosílabo. Y conoces la pugna con lo incierto, la misión de arrancar palabras como costras. Tantas máscaras fundan nuestro miedo –gran desnudador– pero detrás de ellas estoy inerme, está la piel que se crispa. En el centro del laberinto aguarda el victimario dando gritos que nadie escucha, aliado a su respiración... ¿De dónde renacerá lo sagrado?
Siento la llamada del agua, mi aventura se encuentra en tus quietudes».

Camilo Pinto



«Ventana al instante». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Lámina metálica 35 x 32 x 48 cm.


«Todo rostro habita en un gesto, ventana al instante... –murmuró él besándola, dispuesto a la metamorfosis verbal.
–Las víctimas empiezan a seducirme –continuó la inventora de la transgresión».

Jaime Pinto



«Luz crepuscular». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. 50 x 50 cm.


«Entonces de cara a la ausencia, separada del mundo... lanzo los dados del deseo o la nada. Este transparente lugar reposa como un enorme animal agónico y su silencio es devastador. 
El rostro de la desdicha siempre mira hacia atrás, hacia adelante. Y se torna esencial lo que nunca realicé, lo que siempre es una pregunta... Confórmate con ser materia de mis recuerdos, ayúdame a encontrar la palabra variable capaz de permanecer...»

Jairo Pinto



«La noche es sigilosa y sin máscaras». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre lienzo. 61 x 50 cm.


«El deseo es un sueño reprimido y no al contrario, el dolor es un exceso de vigilia. Es importante que el sueño nos libere. Aquí la luna no se reconoce.
Pronto viene el hastío de lo visible, el desamparo de la imposibilidad. La lluvia árida, la carne de ceniza.
–Los lechos parecen anclados, no viajan como el nuestro; el hombre deja la prueba de su exilio.
Una usura espiritual vuelve los cuerpos al revés. El amor parece muy antiguo... La noche es sigilosa y sin máscaras».


Augusto Rendón



«Los dioses serán nuestras víctimas». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012. 
Óleo sobre cartulina. 100 x 70 cm.


«¡Los dioses han vuelto! Serán nuestras víctimas –gritó Ariadna gesticulando.
–Aunque nos hemos comprometido con la noche irrumpe la claridad repentina. Ha terminado la espera. Cambiemos el más tarde por el ahora, el más allá por el adentro. El odio por la indiferencia. El pensar por el sentir, el soy por el estoy –reflexionó Jano festejando la maravillosa risa de Ariadna.
–Prefiero el fin, el comienzo es un acto fragmentario –dijo ella al recobrarse–. No el primero, el último hombre siempre es Prometeo, marca el rumbo de la aurora».

Patricia Tavera



«Flor inacabada». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012.
Óleo sobre lino. 70 x 60 cm.


«En quienes amé hay parte de la figura abierta que soy como si fuese una flor inacabada de afectos. Encuentro parecidos en sus palabras, en los lóbulos de sus orejas... –aseveró Orfeo limpiando sus lentes».

Sergio Trujillo Béjar


«Navegación en el espejo». 
 Homenaje a Ritual de Títeres, 2012.
Óleo sobre lienzo. 70 x 100 cm.



«Los pies que ocultan la tierra –murmuró Jano guiado hacia la luna de su sexo–. Eres tú. El equilibrio es una cadencia. 
En el silencio del deseo, abandonó sus manos con una lentitud irreal mientras su lengua buscaba las raicillas del éxtasis».

Rafael Valenzuela Rueda


Pintor, dibujante y fotógrafo, nacido en Pamplona en 1976. Estudió para Maestro en Bellas artes en la Universidad Industrial de Santander y Licenciatura en Matemáticas y Computación en la universidad de su ciudad natal. Es profesor del Colegio Gonzalo Jiménez Navas de Floridablanca, donde enseña matemática. Su obra artística se destaca por un estilo realista, con notable influencia de los pintores del realismo norteamericano. Ha participado en diversas exposiciones como: 11 Salón de Arte novel - Bucaramanga 2009 y en el salón BAT de arte popular - Bucaramanga 2013, entre otras.

“La mirada de Rafael Valenzuela se abisma entre los blancos del lienzo. Circula a través de los intervalos de un texto fragmentado, cuyo principio unificador es la pintura misma. La extrañeza ondea entre las imágenes y los márgenes. El ojo se detiene en esas parcelas huyentes de la realidad. Mientras más alejadas de la realidad estén, más fuerte será su imagen y más poder emotivo y más realidad poética tendrá. Para Rafael Valenzuela, todo lo visible tiene color. Y en su pincel el color adquiere sustancia. Estos cuadros parecen decirnos que el primer habitante del espacio tuvo que ser la luz, y que la pintura salva a las cosas del caos.” Jorge Cadavid (2009,12 de diciembre), Para-Estación. Muestra 13 Programa de Bellas Artes UIS.

Ricardo Villegas



«Máquina del deseo». Homenaje a Ritual de Títeres, 2012.
Hierro, estaño y madera. 110 x 26 x 26 cm.


«Te ofrezco el deseo: la más incierta máquina de torturas, las figuraciones de la sed. Invento oscuridades que justifican compañía».

Armando Villegas


«Ariadna». Homenaje a Ritual de títeres, 2012. 
Óleo sobre cartón. Diámetro de 37 cm.


«En cada catástrofe perseguía la huella de dios; caminé con sigilo para no despertar a los fantasmas –dijo Ariadna mirando a los transeúntes como espectros–. Hoy veo una maligna antigüedad en la ternura, sé que ni siquiera quien te odia es tuyo: la posesión por ser perfecta es imposible. Apenas deseaba boicotear soledades... Me comenzó a preocupar lo que le pasaba a toda la gente; he deslumbrado con mi dolor».

HOMENAJE A CLÁSICOS DEL EROTISMO



La gran exposición en homenaje a los clásicos del erotismo, El Juego de la Interpretación, donde participarán 21 de los más importantes artistas colombianos, se inaugurará el jueves 31 de Mayo de 2012 en la Galería Alonso Arte (Calle 85 No 11 – 53, Bogotá) y estará abierta hasta finales de junio. Allí se podrán contemplar las obras originales que a continuación registramos, de los prestigiosos participantes en esta convocatoria plástica y lúdica del periódico virtual Con-Fabulación:
Pedro Alcántara Herrán ("Vulva. Estudios sobre la mecánica de los músculos de los orificios del cuerpo” – Homenaje a Leonardo Da Vinci), Jim Amaral (“Trisonami” – Tributo al fresco Tumba de los Toros de Tarquinia), Gastón Bettelli (“Roco / Pop para François Boucher” – Inspirado en Heracles y Omphales), Luis Cabrera ("En la oficina de Edward Hopper”), Gilberto Cerón (“Cómplices” – Homenaje a Gabrielle D’Estrées y su hermana), Manolo Colmenares (“Homenaje al Beso” – Tributo a Rodin), Nicolás De la Hoz (“Venus Anadiómena” – Celebrando a Tiziano), Rafael Dussan (“Un abrazo para Schiele”), Eduardo Esparza (“Ecosistema para Leda” – Homenaje a Leda y el cisne de Miguel Ángel), Carlos Granada (“Homenaje a Epifanio Garay”, inspirado en La mujer del levita), Germán Londoño (“Amantes” - Homenaje a Odalisca con esclava de Ingres), Ángel Loochkartt ("Pensando en Munch” – tributo a Pubertad), Fernando Maldonado ("Venus de la pantalla" – Homenaje a Velásquez), Adriana Patiño (“La tempestad del alma" – interpretando a Kokoschka), Dioscórides Pérez (“El samurái y las mujeres del loto negro” - Homenaje al Cuaderno de los pequeños patrones), Augusto Rendón (“Homenaje a Hendrickje” de Rembrandt), Leonardo Rodríguez Sirtori (“La mica” – Tributo a Paula Rego), Edilberto Sierra (“Fagocitosis del imaginario” – Homenaje a Las tres gracias de la Escuela de Pompeya, obra anónima), Sergio Trujillo Béjar (“El fin del mundo” - Celebrando a Courbet), y Armando Villegas (“Judith y Holofernes” - Homenaje a Klimt).  



Exposición Homenaje a Clásicos del Erotismo

Con-Fabulación y Galería Alonso Arte
© Fotografía de Esperanza Vallejo Osorio
En esta memorable fotografía, tomada durante la multitudinaria exposición en homenaje a los clásicos del erotismo el pasado jueves 31 de mayo, donde asistieron 18 de los artistas convocados y 250 sátiros y ninfas, perturbados por el aguijón del deseo, aparecen en su orden: Ángel Loochkartt, Eduardo Esparza, Jim Amaral, Fernando Maldonado, Gilberto Cerón, Armando Villegas, Sergio Trujillo Béjar, Dioscórides Pérez, Augusto Rendón, Nicolás De la Hoz, Edilberto Sierra, Alonso Restrepo, Adriana Patiño, Luis Cabrera, Rafael Dussan, Carlos Granada, Leonardo Rodríguez Sirtori y Manolo Colmenares.
Agradecemos el apoyo de los prestigiosos artistas y del público asistente a esta resistencia espiritual contra las manifestaciones del arte de la postmodernidad –que privilegia el fácil escándalo y las expresiones subyugadas por lo conceptual y la especulación–, pues creemos que en estos tiempos de tanta confusión mediática, donde la imagen ha sido prostituida hasta perder su poder, es necesario regresar a las formas básicas de la expresión humana. La deleitosa muestra podrá contemplarse hasta el 30 de junio, de lunes a viernes y de 3 a 5 de la tarde, en la Galería Alonso Arte (Calle 85 No 11 – 53, Bogotá).
La exposición puede verse también virtualmente siguiendo este enlace de Artistas Colombianos.

© Fotografía de Esperanza Vallejo Osorio
De izquierda a derecha: Gonzalo Márquez Cristo, Nicolás De la Hoz, Eduardo Esparza, Ángel Loochkartt, Armando Villegas, Sergio Trujillo Béjar, Jim Amaral, Adriana Patiño, Augusto Rendón, Carlos Granada, Amparo Osorio, Manolo Colmenares y Fernando Maldonado

¡Confabulados del mundo uníos!

El juego de la interpretación, prólogo del catálogo


Por Gonzalo Márquez Cristo
Aquí la sustentación filosófica del proyecto interpretativo de Con-Fabulación, prefacio del hermoso catálogo publicado por la Galería Alonso Arte, para promover la exposición que reúne las obras realizadas por los 21 prestigiosos maestros colombianos que se atrevieron a asaltar los mundos de Leonardo, Miguel Ángel, Rembrandt, Munch, Rodin y Tiziano… y que para muchos es el acontecimiento plástico del año en Colombia.

Si toda obra maestra surge de una mala interpretación como lo proponía Harold Bloom, de una lectura oblicua de la pieza original, de una perspectiva anárquica que produce una riqueza distante del canon, la lúdica propuesta por el periódico virtual Con-Fabulación durante los últimos cinco febriles meses, que buscó confrontar tiempos y estilos, para constituirse en un homenaje a las fuentes, fue además un diálogo secreto con varios artistas del pasado que aún fertilizan las aguas de nuestro devenir.
El holandés Johan Huizinga, en Homo ludens, afirmó que mientras las disciplinas del conocimiento se distancian del juego, las manifestaciones artísticas encuentran en él su patria, por ser el producto de una imperativa libertad, capaz de convertir una forma o un tema en el material de nuestras desatadas obsesiones... Y si le creemos a Kant cuando al plantear su estética formalista, enuncia que una obra de arte es una actividad humana cuyo fin es ella misma, debemos derivar de allí que todo trabajo que coincide con su propio objetivo es un juego, y concluir que esta confabulación de artistas que asaltó semanalmente la Red, podría validarse aunque su sentido cardinal estaría un tanto amenazado. Pero si además escuchamos a uno de los más insobornables genios de la plástica, al francés Gustave Courbet, cuando afirma que el asunto no consiste tan sólo en ser pintor, pues lo fundamental es poder «hacer arte vivo», entonces la tentativa de Con-Fabulación sería más peligrosa, y deberíamos decir que la lúdica visceral instaurada aquí con la complicidad de 21 prestigiosos artistas colombianos se torna culminante.
El arte, ese sigiloso rapto de formas y signos de identidad, esa usurpación de realidades tan esencial como enigmática, esa profunda confrontación con las entrañas que antecede tantas veces a una huida en la bruma, ha sido el inmemorial diálogo con los escasos y soberanos temas que constituyen nuestra herencia imaginaria. Los artistas reiteran durante siglos desde su limitada visión del mundo, los mismos temas que al parecer son insuperables, pero que requieren de su deformación para seguir existiendo, no de un ejercicio imitativo, lo cual implicaría un accionar subordinado a una forma ajena, sino de una interpretación singular —a veces descarnada, en ocasiones irónica— que propicie el renacer en su universo personal.
Gaudí había descubierto que «la originalidad es el regreso al origen», y ese itinerario azaroso y solitario hacia las raíces impulsa al creador a raptar un tema memorable para escenificarlo en su mundo interiorizado; experiencia milagrosa y atroz. La historia del arte es profusa en versiones de escenas bíblicas o mitológicas —para ser explícitos—, que a pesar de representarse en distintos siglos, culturas y etnias, antes que sufrir una erosión enriquecen su espectro icónico renovando sus destellos. En ese laberinto interior las formas derivadas del saqueo estético y a veces existencial o metafísico, deben morir o transformarse para que puedan adquirir la majestad de lo único e irrepetible. La distorsión que se realiza desde la obsesión insobornable de un estilo reinventa el tema y nos hace pensar que la forma, con toda su íntima complejidad, se debe incesantemente emancipar para que el arte reine. 
Que hayamos unido aquí el peligroso juego de espejos que es la interpretación con el universo transgresor del erotismo, obedece a una idea básica, pues tanto la creación artística como los rituales eróticos están muy cerca del acto reproductivo, por ser creadores de seres imaginarios o reales, y porque además ambos permanecen acechados por el deseo, y ya sabemos por Paul Eluard que los únicos que son inmortales, los deseos, recorren el camino... 
El artista, sometido a la nostalgia de aquella continuidad que perdemos con el nacimiento —como lo imaginó Bataille—, o a la intermitencia como lo ha propuesto el psicoanálisis —a la deleitosa dualidad entre la aparición y la ausencia—, debe dar también su estremecido testimonio corporal.
Si el sentido último del erotismo es la muerte o si es sexualidad transfigurada —es decir, metáfora, según lo pensó Octavio Paz—, es lo que intentan contar los artistas convocados a esta experiencia de linderos cambiantes, y desde luego, lo que sentimos al admirar estas representaciones, que a pesar de haber sido perpetradas durante milenios o centurias aún son susceptibles de producir una nueva metamorfosis, una actualización, un despertar producido por ese sempiterno recién nacido que llamamos deseo.  
In nuce: si el arte adora jugar y el erotismo es una de las contiendas que definen al homo ludens, sus nupcias son incuestionables, y así como los artistas guiados por su fuerza agonal construyen con los hallazgos o las cenizas del pasado, los amantes no tienen otra originalidad que los acentos y los rictus que componen sus muy personales ceremonias, pues parafraseando a Cioran, amar es un plagio. De esta manera, interpretación y erotismo, dos de las formas más refinadas del juego, manecillas que como los rostros de Jano miran hacia el pasado y el porvenir, se conjugan en una experiencia ilimitada... 
Así los insomnes artistas que fueron saeteados por Eros y perturbados por Afrodita, y que participan en nuestro difundido proyecto de la interpretación, rindiendo tributo a sus raíces sensibles o ironizando sus más profundas herencias estéticas, han cumplido con su más vívida memoria, insertando un grano de luz en ese gran juego que es el arte, y aumentando la tribu, que a pesar de todo, aún se empecina en soñar con un Nuevo Renacimiento.